martes, 23 de septiembre de 2008

Pueblos originarios de Chile

Aprendamos más sobre los principales pueblos originarios de nuestro país.

foto de niña aymaraAymara

La civilización Tiwanaku, que se desarrolló 2000 años a.C. suele considerarse como el primer estado Aymara. Al momento enfrentar al imperio incaico, en 1430, el pueblo aymara estaba dividido en varios estados, situación que fue aprovechada por los invasores. La última comunidad independiente aymara fue la de Lupakas.

Este pueblo se dedica a la agricultura y la ganadería, y se ubica en la región que va desde el lago Titicaca, pasando por los faldeos cordilleranos, hasta el noreste argentino. En Chile se es puede ver en la Región de Tarapacá, y en menor proporción, en la Región de Atacama. Los que habitan el altiplano crían ovejas, llamas, ganado y alpacas, pero tienen pocos cultivos. Por su parte los que viven en la precordillera han podido desarrollar la agricultura mediante el antiguo sistema de terrazas, cultivando papas, cebada y quinoa. Es por eso que los pastores y agricultores intercambian sus productos entre sí.

Hay dos tipos de comunidades aymaras:

  • La ayllu, que es la comunidad andina altiplánica tradicional, formado por un conjunto de aldeas pastoriles, cada una de las cuales se compone de varias familias.
  • La comunidad campesina precordillerana, ubicada en torno a una iglesia quye tiene una plaza y algunos edificios públicos, siguiendo el modelo español.

El censo de 1992 registró a 48.477 aymaras, de los cuales sólo 2.397 residen en sus territorios originarios, ubicados en las provincia de Parinacota-Putre y General Lagos. En la precordillera de Iquique, existen tres comunidades aymara que viven en la zona desde hace 1000 años.

foto de mujer kolla amarrando a un guanacoKolla

Los Kollas viven en el norte de Chile, ocupando aguadas y quebradas de la cordillera de la provincia de Chañaral (Región de Atacama), entre las ciudades de Potrerillos, El Salvador, Diego de Almagro y Copiapó. Se cree que ingresaron a nuestro país, primero durante los últimos años del imperio de Tiwanaku, en el siglo X, y más tarde durante la Guerra del Pacífico, desde el norte de Argentina.

Antiguamente existían doce estados aymaras situados en las orillas del lago Titicaca, en Bolivia, entre los cuales destacaban los kollas. Estos detentaban el poder político y tenían sometidos a los puquinas, antigua población nativa del área. Durante el siglo XV, sin embargo fueron invadidos por el Inca Wiracocha. Luego se produjo una gran rebelión kolla que fue aplastada por el Inca Tupac Yupanqui.

Los kollas actuales hablan además del castellano, el aymara y el quechua, idioma de los incas. Basan su sustento en la ganadería y en menor medida en la agricultura y la minería. En los meses de abril y mayo se aparea el ganado de ovejas y cabras. En verano se dedican a la producción de quesos, cuando las hembras están paridas. Durante la primavera se trasquilan los animales. Y en invierno, cuando las actividades agrícolas y pastoriles son escasas, se hila y se teje.

Los kollas, al igual que los aymaras, por provenir de los mismos ancestros, veneran a la Pachamama, madre tierra, generadora de vida y que sabe cuándo, cómo y por qué deben suceder las cosas. Sus sacerdotes son llamados yatiri, y son elegidos a través de los sueño. Ellos curan enfermedades, y dirigen las rogativas y ceremonias, que tienen lugar de preferencia en los cerros y en los lugares de mayor altura.

foto color de muchacha rapa nuiRapa nui

Rapa Nui es el nombre originario de la Isla de Pascua, lugar mundialmente conocido por los colosales moais, gigantes de piedra volcánica construidos por los ancestros de este pueblo. Estas misteriosas esculturas miden en promedio 4 metros de altura, a excepción del moai Paro, que alcanza los 10 m. Se dejaron de construir debido a crisis internas, originadas por disputas de poder y escasez de alimentos en la isla.
Esta isla triangular tiene volcanes situados en sus tres puntas, el Rano Kau, el Maunga Terevaka y el Poike.

Según la tradición local, el primer colonizador de Rapa Nui fue el antiguo rey Hotu Matu'a, que llegó con un grupo de personas desde islas polinésicas cercanas. Él sería el responsable de fijar la organización social, y las normas legales que rigen su sociedad. Su idioma es llamado Vananga Rapa Nui, y su escritura ceremonial, Rongo Rongo, ambos relacionados con la cultura polinésica.

A pesar de las variaciones que sufrieron las ceremonias y creencias ancestrales de este pueblo, los conceptos de Mana y Tapu han persistido hasta nuestros días.
El Mana es la magia o poder sobrenatural y está en manos de los espíritus y sólo de algunos iniciados. Cualquier objeto puede contagiarse con esta magia, sobre todo las personas que viven con hombres poderosos.

En la llamada fase expansiva se produjo una inusual devoción religiosa, relacionada con el culto a los ancestros. En tal período se llevó a cabo la construcción de unos 300 altares ceremoniales y cerca de 600 moais: el poder de los sacerdotes y de la nobleza se encontraba en su plenitud. Luego sobrevino la crisis política y la hambruna; a esta etapa se le llamó fase decadente. Las peticiones de los Rapa Nui a los dioses, entonces estaban ligadas a la adquisición de alimentos. El culto al dios Make Make, relacionado con la fertilidad, surge en este período.

foto de niña mapucheMapuche

Los Mapuches, o “gente de la tierra”, fueron los que opusieron una mayor resistencia a la dominación europea en América. Contribuyó a esto la ausencia de una autoridad central, ya que los jefes, o lonkos, estaban dispersos en el territorio. Asimismo, aunque las comunidades eran autónomas entre sí, respondían como nación a la defensa de su territorio. Sus luchas contra los españoles fueron inmortalizadas en “La Araucana”, el famoso libro de Alonso de Ercilla. Actualmente constituyen uno de los pueblos originarios más numerosos, con una población cercana al medio millón de individuos.

De acuerdo a la cosmovisión mapuche, existe un equilibrio entre Ngenechen, dios de la vida, la bondad y la creación, y Wekufu, dios de la muerte y la destrucción, al que atribuyen la llegada de los españoles. En sus ceremonias incluyen instrumentos musicales como la Trutruca y el Kultrún. Su idioma es el Mapudungún.

foto color de Machu PichuQuechua

Los quechuas son los descendientes de los incas. En nuestro país ocupan el territorio que va desde Caquena por el norte, hasta Parinacota por el Sur-Este y Putre por el Oeste, compartiendo con los aymaras la zona precordillerana y altiplánica. Como en el pasado los quechuas dominaban a los aymaras, tienen muchas características culturales comunes con ellos.

Su arribo a Chile data de entre 1443 y 1470, fecha en que alcanzaron a llegar hasta el río Maipo, bajo el reinado de Tupac Yupanqui.

Los idiomas quechua y aymara vienen de una lengua común llamada Quechumara. 
Los quechuas han abandonado prácticamente su idioma, pues lo usan sólo para los rituales religiosos, mientras que para comunicarse usan el aymara.

En Chile actualmente hay alrededor de 3.436 quechuas, mayoritariamente en la Segunda Región. Se dedican sobre todo al comercio y la minería, siendo trabajadores asalariados, y un porcentaje mucho menor vive de la agricultura y la caza.

foto color de señor atacameño tocando instrumentoAtacameños

Los Atacameños o likanantai viven en los oasis, valles y quebradas de la provincia del Loa, en el norte de Chile (II Región). Sus principales centros ceremoniales son Caspana, Peine, Socaire, San Pedro de Atacama y Toconao. Ellos provienen de antiguos cazadores y recolectores que se adaptaron a la zona gracias a las favorables condiciones que ofrecía la cuenca del río Loa. Esta cultura alcanzó un gran desarrollo en el siglo XV, antes de la llegada de los incas. Ancestralmente se destacaron en la metalurgia, alfarería, textilería y técnicas de cultivo de la tierra en terrazas. Este pueblo, al igual que aymaras y kollas, forjó su identidad después de la desintegración de Tiwanaku, cuando los pueblos altiplánicos se dividieron en varios reinos.


foto blanco y negro de mamá kawescar con niñoKawéskar

Los Kawésqar o Alakalufes eran cazadores nómades que se alimentaban de lobos marinos, nutrias, focas y ballenas, en los fiordos y canales del extremo sur de nuestro continente. Sus canoas eran muy importantes para ellos, que recorrían el archipiélago sur de Tierra del Fuego en busca de su sustento. Eran de baja estatura, y muy fuertes de la mitad para arriba, aunque un poco más débiles de la mitad para abajo, ya que para remar, cazar, o bucear, necesitaban mayor fuerza en los brazos y el tronco que en las piernas. Esto los diferencia de los altos cazadores terrestres de la Patagonia: los Aonikenk (tewelches) y de los Selk'nam (onas), que podían medir hasta dos metros de altura. Sus casas eran toldos desmontables cubiertos con cuero de lobo marino.

foto blanco y negro de jóvenes yaganesYagán

Los yaganes vivían en el extremo sur de América, igual que los kawéskar, en el estrecho de Magallanes. Para cazar usaban un arpón de casi tres metros de largo al que adosaban una punta de hueso de pescado dentada, por uno o ambos lados. Sus flechas tenían punta de piedra, aunque sustituyeron dicho material con el vidrio en el siglo XVIII. Eran nómades y vivían de la caza y la pesca. Usaban brazaletes hechos con cuentas de huesos de aves y conchas; los varones lo usaban sólo en los tobillos, y las mujeres también en las muñecas. Las mujeres yaganes eran diestras artesanas, y fabricaban cestos, bolsas de cuero y vejigas, utilizadas como recipientes, además de lazos hechos de barba de ballena.

foto de cerámica diaguitaDiaguita

Casi nada queda hoy día de las tradiciones y la cultura diaguita, ya que fueron rápidamente absorbidos por la sociedad criolla hispana. Eran agricultores y diestros alfareros, y vivieron entre los siglos VIII y XV d.C. También se dedicaban a la ganadería, y al comercio con los pueblos vecinos. Cultivaban el maíz, la teca, los porotos y la calabaza. Domesticaron la llama y el guanaco, animales que les fueron muy útiles en el transporte y la carga para comerciar. Probablemente llegaron desde el otro lado de la cordillera para establecerse en los hermosos valles del Norte Chico en Copiapó, Huasco, Elqui, Limarí y Choapa. Su arte cerámico es muy conocido, destacándose por una bonita decoración de líneas rectas, en zig-zag y con triángulos adosados a una línea. Generalmente escogían el blanco, rojo y negro para decorar sus cerámicas.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Chile: Presidenta Bachelet ratifica reconocimiento de los diaguitas en la Ley Indígena

CONADI - Chile - (Posted on Aug-30-2006)
Chile: Presidenta Bachelet ratifica reconocimiento de los diaguitas en la Ley Indígena

La Jefa de Estado destacó que este reconocimiento "es uno de los frutos de la Comisión de Verdad y Nuevo Trato, que dio un nuevo impulso para avanzar en el proceso de recuperación de la identidad diaguita que pervive en el valle de Huasco"

Tras intensas gestiones de la dirigencia diaguita de la Región de Atacama, sumado a los trámites legislativos y gubernamentales que implica la ratificación de una ley, este lunes 28 de agosto y con la firma de la Presidenta Michelle Bachelet, el Estado de Chile asume el compromiso de desarrollo cultural, político y social de los diaguitas, herederos de una cultura milenaria.

Con un solemne acto efectuado en el Patio Los Canelos, ícono indígena en el Palacio de La Moneda, la Presidenta acompañada de ministros y autoridades vinculadas al ámbito indígena del Gobierno, además de la presencia de más de cien diaguitas venidos de Alto del Carmen, Vallenar y Copiapó, celebraron la firma que, a contar de hoy, les permitirá gozar de los beneficios que les otorga la Ley Indígena, como es el acceso a becas indígenas o a la regularización de sus derechos de agua y tierra en la Región de Atacama, entre otras materias.

Con ellos, serán nueve las etnias reconocidas en la Ley 19.253 o Ley Indígena, ratificada el 5 de octubre de 1993. Ésta incluye a los mapuches, aymara, atacameños, quechuas, rapa nui, collas, yaganes, kawashkar a quienes el Estado valora su existencia por ser parte esencial de las raíces de la Nación chilena, así como su integridad y desarrollo de acuerdo a sus costumbres y valores, según lo establece la Ley.

Al respecto, Jaime Andrade Guenchocoy, director de Conadi, destacó que “la promulgación de esta ley se da en el marco de la ampliación y reconocimiento de los derechos de los indígenas en Chile. Más allá del número de diaguitas, lo que importa es el valor político y cultural de esta iniciativa aprobada por el parlamento chileno”.

Gracias al Censo pasado y a la inclusión de la pregunta relacionada con la cantidad de personas que pertenecen a una etnia, fue posible obtener los primeros antecedentes respecto del número de diaguitas que viven en Chile. Aunque ellos no estaban incluidos en el cuestionario –por no estar en la Ley 19.253.-, sí fue posible saber que alrededor de 300 personas reconocieron pertenecer a esta cultura. Tras esta ratificación será posible ahondar en antecedentes técnicos y sociales de estas comunidades.

Historia diaguita

La ratificación de esta Ley, aprobada el pasado 5 de julio por discusión en el Parlamento, permite que el artículo 1 de la Ley Indígena pueda modificarse, sumando a los diaguitas que, en su gran mayoría, viven en los valles ubicados entre Copiapó y Choapa y que de acuerdo a sus historia serían de origen transandino, llegados a fines del siglo VII DC de fuerte presencia en Argentina.

Los moradores de la cultura diaguita viven ahora en localidades denominadas: Juntas, La Marquesa, El Olivo, Chihuinto, Las Pircas, Alto Naranjo, Los Perales, Chanchoquín, La Fragua, La Arena, Conay, La Junta de Pinte, La Pampa, San Vicente, Junta de Valeriano y Albaricoque. Allí, y con pocas viviendas las familias Campillay

–mayor linaje- Tamblay, Eliquitay, Cayo, Pauyantay, Seriche y Liquitay o Albayay, Abancay, Calchín, Caymanqui, Chanquil, Chupiza, Payman, Quismachay, Sapiain, Tamango, Salmaca, Chillimaco, entre otros.

Estos apellidos conforman la primera evidencia de adscripción étnica de las familias que hoy se autoidentifican como diaguitas, linaje que conservan desde hace siglos. Ver Discurso de la Presidenta de la República.

¿Por qué los diaguitas usaban sólo 3 colores en su alfarería?




El color que usaban para teñir su artesanía dependía de las sustancias vegetales (pigmentos) que tuvieran., tales como el algarrobo para el color café oscuro; la chilca y la contrayerba o dauda para las tonalidades amarillas; la corteza de vid para el marrón fuerte; la grana o cochinilla, que obtenían a partir de ciertos parásistos de los cactus de la región, para el rojo vivo; de las vainas del espinillo o algarrobillo extraían un excelente tinte negro y así muchas otras sustancias vegetales.

La alfarería diaguita constaba de algunos cantaritos y ollas rústicas, con trazos de líneas gruesas en el interior, que a veces se aplicaba también en el exterior del plato. Los colores usados eran rojos, como color de fondo y en los signos, el blanco y negro. En los más antiguos, también encontraron colores rojos, amarillos y negro.LEER MÁS

Alfarería Diaguita


Interior del Valle de Elqui.

Fase I :

se caracteriza por un estilo cerámico de platos con formas subglobulares, profusamente decorados en su interior, predomina el color rojo de base, sobre el que se pintan motivos geométricos sobre bandas blancas, con diseños en rojo y negro.

Fase II :

Corresponde al momento más brillante de la cerámica diaguita, por lo que se le ha llamado el periodo clásico. Se amplian enormemente las variedades de motivos sobre los mismos dioseños de la Fase I, es decir, platos , urnas y jarrones pero con formas antropo y zoomorfas de distintos tamaños.

Fase III :

Corresponde al momentoen que este pueblo es invadido por los Incas y posteriormente por los Españoles, por lo que se agregan mayor mezcla de diseños y motivos. Se puede encontrar formas Incaicas con triángulos, cuadriláteros y reticulados en diversos tipos de jarros con asas verticales para usos no sólo cotidianos sino que religiosos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Puco con decoración geométrica y zoomorfa. Diaguita Fase II.


Puco de cerámica. Diaguita Fase II.

Diag_jarro2.jpg (7607 bytes)

Jarro con decoración antropomorfa. Diaguita Fase II.

martes, 16 de septiembre de 2008

EL KAKÁN, LENGUA DE LOS DIAGUITAS


Ricardo L. J. Nardi
Instituto Nacional de Antropología
A mi bisabuela Justina Espinosa de Córdoba,
heredera del duro temple de los Calianos.
0. Introducción.
Este artículo es una síntesis de nuestros conocimientos de la lengua indígena másimportante de  nuestro Noroeste. Es el fruto de muchas horas de lectura de fuentes, de anotaciones de campo y de gabinete con intermitencias al tema a lo largo de más de veinte años.
Siempre hemos conservado la ilusión de poder leer alguna vez los inhallables manuscritos del Padre Alonso de Barzana, pero creemos que ha llegado el momento – antes de traspasar la madurez de nuestra vida – de intentar un balance provisorio de nuestros magros logros y, quizás, despertar el de algún investigador más
afortunado que nosotros.LEER MÁS

lunes, 15 de septiembre de 2008

Plaza de Armas de Copiapó

Los diaguitas

Pueblo agricultor con una organización conocida como sociedad dual (atribuida a la influencia incaica), que se dividía en dos mitades: la de arriba, hacia la cordillera y la de abajo hacia el mar.De su agricultura, más específicamente de sus cultivos, se sabe que estos se realizaban en el fondo de los valles, siendo irrigados por canales artificiales. De este modo, obtenían cosechas de maíz, papa y algodón, este último utilizado para la fabricación de ropa. La ganadería practicada era de tipo trashumante, lo que significa que en verano los animales eran llevados a pastar a la cordillera y en invierno a la costa, donde además se proveían de peces, mariscos y animales marinos.Las construccionesque utilizaban para vivir eran chozas agrupadas en aldeas pequeñas, hechas de ramas cubiertas de barro y techo de paja, a las que se sumaban unas bodegas subterráneas empleadas para almacenar maíz y otros alimentos.Se desconoce cuáles eran sus prácticas religiosas, pero se piensa que creían en la existencia de una vida extraterrenal, por el cuidado que ponían al momento de enterrar a sus muertos, depositando cántaros con alimentos y otras ofrendas. Con el tiempo, fueron mejorando la calidad de las sepulturas, hasta confeccionar verdaderos ataúdes de piedra.Los diaguitas fueron expertos artesanos, tanto metalúrgicos como alfareros, e incorporaron a los adornos de oro y plata, piedras semipreciosas como el lapislázuli. Su cerámica destaca por sus vasijas decoradas con diseños geométricos en rojo, blanco, amarillo y negro, especialmente aquellas conocidas como jarro-pato y una forma de jarrón adoptada de los incas llamada aríbalo

Jarro-Pato


Lámina